miércoles, 3 de mayo de 2017

Ruido

Fronteras impuestas, que mutilan y disfrazan.
Muñecas rotas en el desván gritan por una eternidad.
Respiramos hambre de hambre, y sin embargo,
sólo acertamos a expirar aire denso de sopor.
Tentáculos de convencionalidad, mentes uniformadas,
sin piedad con el traidor, a cuchillo y abierto en canal.
Expuestas sus vísceras en la plaza social,
moscas anónimas se masturban.
Zumbidos de gula.
Ruido es lo que importa,
Ruido que redime mi mediocridad.
Ruido semental
Ruido inercial
Ruido por el ruido, ruido que camufla.
Ruido por el ruido, ruido que retrata.
Ruido mísero
Ruido estomacal.

domingo, 15 de enero de 2017

Si hay un Dios

Si hay un Dios, este nos abandonó a nuestra suerte.
Si ese Dios existe, ¡Gracias¡ Gracias por la libertad que nos diste, la posibilidad de hacer nuestro camino. Y para ello nos armaste de envidia, de codicia, de soberbia, de dolor, de sufrimiento.
Gracias por este mundo de muerte cierta, de supervivencia, de trabajo forzado, de guerras, violaciones, asesinatos, traiciones.
¿Que todo es merecido?, por desobedecerte. ¿Ah, sí? Pues ahora os jodéis. Viviréis, sí, pero pagando un precio penoso por ello.
Dios omnipotente de infinita bondad. ¡Serás cabrón¡ ¿Con todo tu poder sólo pudiste imaginar una vida así? . Pero, ¿en qué clase de cabeza cabe crear un mundo de locura como este?. Donde trabajarás la tierra para no morir de hambre, donde padecerás mosaicos de penurias, odiarás y matarás o serás matado. Y ese el destino final, la puta muerte. ¡Gracias, tío¡
Dios todo sabiduría. Estabas despistado cuando nos concediste la vida. Pudiendo hacer lo contrario, elegiste putearnos. ¿Que eso viene después de la muerte?... ¿Y por qué no lo hiciste ya de mano, listo? ¿Por qué ser tan retorcido y mala baba?.
Ese eres tú y así nos hiciste, a tu semejanza. Y para creer en alguien como tú es mejor mandarte a la mierda.

martes, 25 de octubre de 2016

Vacío

Rostros ajenos que transitan entre fotogramas de ventanillas.
Vidas opacas que se masturban ante la pantalla social.
Nadie te mira, nadie te toca.
Una vida de voyeur.

Falsos reflejos que mostrar en proyecciones de quienes no somos.
Ideas anónimas y cohibidas. Ideas cobardes.
Sequía de criterio, derrame fecal, silencio propio.

Callamos al hablar cuando rezamos los dictados y anulamos el pensamiento.

Parecer y no ser.
Ser y ser juzgado y ejecutado.
Cimientos de oropel.
Errante de credos.

sábado, 22 de octubre de 2016

Venas blancas

Al borde del acantilado las olas baten con fuerza hasta la cima para dejarse caer con la gracia del desmayo. Lo que primero fue rugido ahora es delicadeza, fuerza en rendición, sinrazón en aceptación.

Y el mar se retira entre campos de espuma susurrando secretos de piel. Sudor a sal que se escapa por los pliegues de la levedad, balanceado ola a ola en un vaivén de caricias. Te dejas llevar y cierras los ojos.

Caminas descalzo por las crestas para vivir cada grano de salitre que se adhiere a tu piel mientras, abajo, todo su ser se retuerce en quiebros de mar, en olas de venas blancas como el espejo de una tormenta. No hay miedo.

En la playa te espera la arena con la que te cubrirás.

jueves, 20 de octubre de 2016

Viento solar

Sólo encuentro confusión en este orden. Orden de cosas, orden de ideas, orden de estados. Periódicos viejos que desisten de recordar se suicidan por la ventana mientras el humo me esculpe y me devora. Así que, soy aire desordenado que camina por pasillos largos y estrechos donde no hay luz al final; sólo orden.

Avanzo en espiral entre paredes que imponen su disciplina, y yo adoro las curvas, soy espiral. Trazo giros limpios y reboto contra los muros inamovibles mientras miles de voces bovinas se pierden entre ecos. Sonrío ante la adversidad convirtiéndome en estela.

Tu cara se cubre de brisa al despertar. Entre las sombras de tu cuerpo descubro gotas de rocío que encierran los sueños de ayer. Como un viento cálido las abrazo deslizándome por tu piel y siento que no hay ley, ni mandato, ni imposición social que me haga parar. Somos tormenta que ruge su verdad, la nuestra.

Clamen las plañideras, susurren las mirillas.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Caminos verdes

No existen caminos verdes sin que la lluvia los insinuara primero y devorara la tierra después. Camino hecho, camino por andar.

Las cicatrices recuerdan el trazado, la carga y el dolor. Cada vez que lo recorres la sangre se rebela buscando una salida sellada por el tiempo y tal vez el olvido. Aunque este es quebradizo como la voluntad del drogadicto que una y otra vez gira sobre si mismo sin que la inercia pueda vencer la querencia. Rojo es el color, negro el muro, seca la hierba.

Volvemos una y otra vez para reconocer heridas del pasado que nos sumen en la vergüenza, y nos duele su dolor, el de quien fuimos bajo la lluvia entre carreras por suelos empedrados y luces notariales. Al final somos la hiedra que contiene la memoria de nuestra ruta; del desierto virgen surgirán caminos verdes, heridos por nuestro andar desbocado pero verde al fin y al cabo. Crece fuerte, se ramifica, se extiende hasta hacerse piel.

Fuimos, somos y seremos. La Santísima Trinidad.

lunes, 23 de mayo de 2016

Armarios pasados

El camino es incierto y nebuloso. Las ideas apenas se vislumbran en la profundidad, esquivas a la conciencia y obstinadamente presentes. Pero todo ha de moverse si se quiere recorrer la distancia que nos separa de ese que no somos. Peregrino de uno mismo, actuamos como abogado, sentenciamos como juez y tal vez ejecutemos como verdugo. ¿De verdad quieres recorrer ese camino?.

Liberamos demonios cubiertos de culpabilidad y vergüenza. Implacables desgarraran  nuestra conciencia quemándola en cal viva. Negamos y afirmamos como en una marea de acusaciones, a las que asistios asustados de descubrir nuestro propio armario. ¡ Cuántas viejas cuentas por afrontar ¡.

Duele ser quien eres, y sin embargo esa es la ruta a seguir. No hay puentes ni atajos que aligeren la sinceridad y alivien la verdad. Sí, recorremos el camino exhaustos de tanta miseria en la certeza de nuestro encuentro, orgullosos de nuestra carga, capaces de absorberlo todo y no volver a vivirlo. Es nuestra fortaleza. Somos.