martes, 25 de octubre de 2016

Vacío

Rostros ajenos que transitan entre fotogramas de ventanillas.
Vidas opacas que se masturban ante la pantalla social.
Nadie te mira, nadie te toca.
Una vida de voyeur.

Falsos reflejos que mostrar en proyecciones de quienes no somos.
Ideas anónimas y cohibidas. Ideas cobardes.
Sequía de criterio, derrame fecal, silencio propio.

Callamos al hablar cuando rezamos los dictados y anulamos el pensamiento.

Parecer y no ser.
Ser y ser juzgado y ejecutado.
Cimientos de oropel.
Errante de credos.

sábado, 22 de octubre de 2016

Venas blancas

Al borde del acantilado las olas baten con fuerza hasta la cima para dejarse caer con la gracia del desmayo. Lo que primero fue rugido ahora es delicadeza, fuerza en rendición, sinrazón en aceptación.

Y el mar se retira entre campos de espuma susurrando secretos de piel. Sudor a sal que se escapa por los pliegues de la levedad, balanceado ola a ola en un vaivén de caricias. Te dejas llevar y cierras los ojos.

Caminas descalzo por las crestas para vivir cada grano de salitre que se adhiere a tu piel mientras, abajo, todo su ser se retuerce en quiebros de mar, en olas de venas blancas como el espejo de una tormenta. No hay miedo.

En la playa te espera la arena con la que te cubrirás.

jueves, 20 de octubre de 2016

Viento solar

Sólo encuentro confusión en este orden. Orden de cosas, orden de ideas, orden de estados. Periódicos viejos que desisten de recordar se suicidan por la ventana mientras el humo me esculpe y me devora. Así que, soy aire desordenado que camina por pasillos largos y estrechos donde no hay luz al final; sólo orden.

Avanzo en espiral entre paredes que imponen su disciplina, y yo adoro las curvas, soy espiral. Trazo giros limpios y reboto contra los muros inamovibles mientras miles de voces bovinas se pierden entre ecos. Sonrío ante la adversidad convirtiéndome en estela.

Tu cara se cubre de brisa al despertar. Entre las sombras de tu cuerpo descubro gotas de rocío que encierran los sueños de ayer. Como un viento cálido las abrazo deslizándome por tu piel y siento que no hay ley, ni mandato, ni imposición social que me haga parar. Somos tormenta que ruge su verdad, la nuestra.

Clamen las plañideras, susurren las mirillas.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Caminos verdes

No existen caminos verdes sin que la lluvia los insinuara primero y devorara la tierra después. Camino hecho, camino por andar.

Las cicatrices recuerdan el trazado, la carga y el dolor. Cada vez que lo recorres la sangre se rebela buscando una salida sellada por el tiempo y tal vez el olvido. Aunque este es quebradizo como la voluntad del drogadicto que una y otra vez gira sobre si mismo sin que la inercia pueda vencer la querencia. Rojo es el color, negro el muro, seca la hierba.

Volvemos una y otra vez para reconocer heridas del pasado que nos sumen en la vergüenza, y nos duele su dolor, el de quien fuimos bajo la lluvia entre carreras por suelos empedrados y luces notariales. Al final somos la hiedra que contiene la memoria de nuestra ruta; del desierto virgen surgirán caminos verdes, heridos por nuestro andar desbocado pero verde al fin y al cabo. Crece fuerte, se ramifica, se extiende hasta hacerse piel.

Fuimos, somos y seremos. La Santísima Trinidad.